¿QUIÉN SOSTIENE LA CIRCULARIDAD? LA INVISIBILIZACIÓN DEL TRABAJO DE LOS RECOLECTORES EN LA CADENA DEL PLÁSTICO

Resumen

La creciente crisis ambiental asociada a los residuos plásticos evidencia los límites del modelo lineal de producción y consumo, basado en la extracción intensiva de recursos y en el descarte continuo. En este contexto, el reciclaje se ha presentado como una solución estratégica para mitigar los impactos ambientales y favorecer la transición hacia una economía circular. Sin embargo, la realidad brasileña revela una profunda distancia entre la circularidad proyectada en los discursos corporativos y las políticas públicas y aquella sostenida, en la práctica, por el trabajo precarizado de las y los recolectores de materiales reciclables. Basado en los enfoques de la Economía Ecológica y la Justicia Socioambiental, este artículo analiza las contradicciones estructurales de la cadena del plástico en Belo Horizonte, con énfasis en la invisibilización del trabajo que permite el retorno de los materiales al ciclo productivo. La metodología combinó revisión bibliográfica e investigación de campo, con observación sistemática de las operaciones de clasificación en cooperativas y caracterización de la fracción de rechazo, totalizando 4.422 ítems clasificados. Los resultados muestran que la reciclabilidad anunciada por el sector productivo rara vez se traduce en reciclabilidad real: los envases de baja calidad, la heterogeneidad de polímeros, la contaminación y las limitaciones logísticas aumentan el volumen de materiales sin valor económico, trasladando los costos operativos y los riesgos ambientales al eslabón más vulnerable de la cadena. Estas evidencias confirman que, aunque ambientalmente necesario, el reciclaje opera hoy con baja eficiencia sistémica y vulnera los principios de justicia socioambiental, al reproducir desigualdades históricas y profundizar la explotación de quienes sostienen la circularidad urbana. Se concluye que el fortalecimiento de la economía circular depende del reconocimiento y la valorización del servicio ambiental prestado por las y los recolectores, de la innovación en el diseño de productos, de la inversión en infraestructura adecuada y de la creación de instrumentos regulatorios y económicos orientados a la inclusión y a la redistribución de valor en la cadena del reciclaje. Por lo tanto, la transición ecológica va más allá de la modernización tecnológica del mercado de residuos: constituye un proceso político y social que desafía la lógica del mercado y solo será efectivo cuando el trabajo invisible en la base de la cadena sea reconocido y justamente remunerado.