DECOLONIAL – CONOCIMIENTOS INSURGENTES DEL SUR GLOBAL Y EL GIRO DECOLONIAL COMO HORIZONTE PARA LA TRANSFORMACIÓN CRÍTICA DE LA EDUCACIÓN CONTEMPORÁNEA

Resumen

En un mundo profundamente marcado por las jerarquías epistémicas heredadas de la colonialidad del poder, la educación ha sido históricamente uno de los principales instrumentos para mantener las desigualdades. Es decir, más que simplemente transmitir contenidos, el sistema educativo, en muchas partes del mundo, ha reproducido cosmovisiones eurocéntricas, silenciando los conocimientos, las prácticas y las experiencias de los pueblos del Sur global. En otras palabras, la escuela occidental moderna, con sus currículos estandarizados y su lógica universalista, a menudo opera como un mecanismo para la supresión de las epistemologías que nacen del cuerpo, el territorio, la oralidad y la resistencia. Por lo tanto, es esencial observar que los saberes insurgentes, forjados en las luchas populares, las espiritualidades ancestrales, los movimientos sociales y los territorios periféricos, emergen como poderosas fuerzas para la reexistencia y la reconfiguración de la práctica educativa. Así, este artículo investiga los procesos de insurgencia epistémica protagonizados por sujetos del Sur global que, al desafiar el monopolio del conocimiento occidental, construyen prácticas educativas basadas en la interculturalidad crítica y la desobediencia epistémica. Para analizar cómo estas prácticas se articulan con el giro decolonial en la educación, buscamos comprender en qué medida ofrecen horizontes reales para la transformación crítica de la escuela contemporánea. En este contexto, la investigación se guía por la siguiente pregunta inicial: ¿cómo pueden los saberes insurgentes del Sur global, articulados con el giro decolonial, contribuir a la reconstrucción de una educación crítica y plural, comprometida con la superación de las jerarquías coloniales del conocimiento? Para ello, utilizamos como repertorio teórico los trabajos de Antunes (2009; 2021), Althusser (1970), Bessa Freire (2011), Dussel (2000; 2009), Escobar (2014; 2018), Fanon (2008; 2022), Frigotto (2001; 2010), Freire (1968; 1971), Hooks (2013; 2015), Laval (2019), Laval y Dardot (2016), Mignolo (2006; 2010; 2012), Quijano (1992; 2000; 2002; 2020), Santos (2013; 2017), Simpson (2017), Smith (2007), Smith, Tuck y Yang (2019), Walsh (2013; 2019), entre otros. La investigación es cualitativa (Minayo, 2007), descriptiva y bibliográfica (Gil, 2008) y con un enfoque analítico comprensivo (Weber, 1949). Los hallazgos indican que el conocimiento insurgente ha promovido rupturas con la monocultura del conocimiento, reposicionando la escuela como un territorio de encrucijadas epistémicas. La interculturalidad crítica emerge como una herramienta de transformación, resignificando los currículos, las prácticas pedagógicas y la propia formación docente. Valorar el cuerpo, la espiritualidad, la oralidad y el territorio es esencial para la reconstrucción de vínculos educativos más justos. El giro decolonial, articulado con la reexistencia de los pueblos oprimidos, sienta las bases para una ecología de saberes que afirma el pluralismo epistémico. Se observa, por lo tanto, que la educación decolonial no es un complemento del modelo actual, sino un proyecto alternativo de mundo.