LA EXTORSIÓN POR COBRO DE PISO

Autores/as

  • J. Isabel García Requenes Autor/a
  • Oralia Salcedo Triana Autor/a
  • Daniel Ruiz Romo Autor/a
  • Georgina del Pilar Delijorge González Autor/a
  • Rosa María Muñoz Briones Autor/a
  • Luis Enrique Paredes Berumen Autor/a
  • Rosa Aída Rivera Cornejo Autor/a
  • Juan Oliver Flores Ibarra Autor/a
  • Manuel Enrique Villela Varela Autor/a

Palabras clave:

Extorsión, Cobro de Piso, Negocio, Crimen Organizado, Cifra Negra

Resumen

La extorsión es un delito de alto impacto en crecimiento en México y que se ha normalizado en todos los estados, todos los municipios, todas las personas y todas las comunidades, que ha demostrado adaptarse a las nuevas tecnologías, pero además se ejerce con un alto grado de impunidad. Una modalidad de extorsión es el cobro de piso, que consiste en el pago de cierta cantidad de dinero que se exige a individuos o negocios generalmente por parte de organizaciones criminales a cambio de protección o para evitar represalias violentas. El cobro de piso es una de las modalidades más violentas de extorsión en México por parte de grupos criminales, los cuales exigen pagos regulares (semanales, quincenales o mensuales) a comerciantes, empresarios, transportistas o productores a cambio de “protección”, ante la amenaza de que si no cubren la cuota y montos acordados pueden sufrir desde agresiones (una golpiza o un levantón), robos, incendios, una desaparición o la muerte. “Para los criminales ya no hay actividad, giro o negocio formal o informal al que no extorsionen, además de controlar también ya mercados enteros en el país de productos como el pollo, las tortillas, el huevo, los materiales de construcción y muchas otras actividades que ya no pueden operar tranquila y legalmente si no le pagan cuotas e impuestos a los criminales. Y los que se niegan a pagar de plano son asesinados, ven arder sus negocios en llamas o, los más valientes, prefieren cerrar sus negocios familiares, empresas o vendimias, para no tener que pagarle impuestos al crimen organizado, además de los que ya le pagan al gobierno”. (García Soto, 2024) En México el crimen organizado ha determinado que a cualquier persona que produzca algo, venda cualquier cosa o comercie cualquier tipo de bienes y servicios tiene que pagar una cuota para poder trabajar, no importa si es un vendedor ambulante de la calle, un pequeño negocio familiar, una empresa mediana o incluso una gran cadena de supermercados. Se sospecha que la mayor parte de los homicidios dolosos registrados en el país están vinculados con el cobro de derecho de piso en bares, tiendas de abarrotes, comercios ambulantes, ganaderos, agricultores, transportistas, carniceros, gasolineras y panaderías. “Uno de los principales motores del crecimiento de la extorsión es la baja probabilidad de castigo. Según diversos estudios, la mayoría de los casos no se denuncian por temor a represalias o desconfianza en las autoridades. Incluso cuando se presentan denuncias, los procesos son largos, opacos y, con frecuencia, terminan sin consecuencias para los responsables. Esta falta de respuesta efectiva alimenta un ciclo de silencio y vulnerabilidad. En varias regiones del país, la extorsión forma parte del “modelo de negocios” de grupos criminales que han diversificado sus fuentes de ingreso. Su impacto va mucho más allá del pago exigido: afecta la economía familiar, deteriora la salud emocional y debilita el tejido social”. (Martínez, 2025) La cifra negra  de delitos contra negocios no denunciados y no investigados durante el año 2023 llegó al 96.7%, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE, 2024). Esto significa que por cada 100 delitos cometidos contra negocios, solo 3.3 fueron denunciados y/o investigados por las autoridades. Esto indica un alto nivel de impunidad y subregistro de la delincuencia contra empresas.

DOI: https://doi.org/10.56238/edimpacto2025.040-010

Publicado

2025-10-21