DEGREDO COMO DESTINO: ESTIGMAS Y AMBIGÜEDADES DE LA INQUISICIÓN EN LA TRAVESÍA ATLÁNTICA

Autores/as

  • Geraldo Pieroni Autor/a
  • Alexandre Martins Autor/a

DOI:

https://doi.org/10.56238/edimpacto2024.002-126

Palabras clave:

Degredo, Estigma, Ambiguidade, Inquisição

Resumen

La pena de destierro (degredo), aplicada sistemáticamente por la Monarquía portuguesa y codificada por el Santo Oficio, operaba en dos frentes: como mecanismo de exclusión legal y espiritual de los indeseables, y como estrategia política de ocupación y asentamiento de los territorios coloniales. El exilio de los condenados a Brasil implicaba no sólo el cruce de un océano físico, sino también la entrada en un espacio simbólico de expiación, marginación y posible reinserción. El degrado era, por definición, un castigo ambiguo: a la vez punitivo y utilitario, humillante y esperanzador, aislante y refuncionalizador. Transformaba al convicto en un sujeto liminal -en algún lugar entre criminal y colono, hereje y penitente-, incorporándolo funcionalmente a los márgenes del Imperio. El largo viaje y las penurias de la travesía del Atlántico agudizaban la experiencia del exilio y la penitencia, al tiempo que abrían la posibilidad de la redención. Al atenuar las penas e interceder por conmutaciones, el Santo Oficio promulgaba una doble forma de justicia: disciplinaria y espiritual, represiva y reparadora. En este contexto, el destierro se revela como una tecnología de poder que articula coerción y clemencia, operando a la vez como castigo corporal y como pedagogía espiritual, de acuerdo con el ideal inquisitorial de corrección y salvación.

Publicado

2025-06-30