AUTENTICIDAD ROBADA: EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR COMO SÍNTOMA SOCIAL DEL PATRIARCADO

Resumen

Este estudio se propone analizar las relaciones entre los roles de género y la manifestación del Síndrome del Impostor en mujeres de diferentes contextos sociales y académicos. La hipótesis es que este fenómeno no debe reducirse a una experiencia individual de inseguridad o baja autoestima, sino entenderse como el resultado de construcciones históricas, culturales y sociales que, a lo largo del tiempo, han moldeado lo femenino en patrones de subordinación, silenciamiento e invisibilidad. En este sentido, el trabajo se relaciona con autores que problematizan la subjetividad en la contemporaneidad. Bauman (2001) analiza la fluidez de las identidades en la modernidad líquida, en la que los vínculos y las referencias se vuelven frágiles. Dardot y Laval (2016) abordan los impactos del neoliberalismo en la producción de sufrimiento psicológico y las demandas de desempeño individual. Debord (1979) denuncia la centralidad de las apariencias y la lógica de la espectacularización que permea las relaciones sociales. Al mismo tiempo, el estudio incorpora las contribuciones de Caminha, Almeida y Silva (2025), quienes investigan las raíces culturales y psicológicas de la autenticidad femenina, y de Caminha y Silva (2025), quienes abogan por la descolonización de lo femenino como vía para recuperar el potencial creativo y auténtico de las mujeres. La metodología adoptada combina la revisión teórica crítica con la observación cualitativa de 121 mujeres de diferentes clases sociales. Las experiencias se llevaron a cabo en círculos de conversación organizados en círculos de mujeres, entendidos aquí como prácticas ancestrales de intercambio, pertenencia y transformación subjetiva. El círculo se concibe no solo como un recurso simbólico para el empoderamiento colectivo, sino también como un posible enfoque terapéutico económico y significativo para los desafíos contemporáneos. Por lo tanto, se espera que este trabajo contribuya a ampliar el debate interdisciplinario sobre el Síndrome del Impostor, posibilitando nuevas investigaciones en los campos de la psicología de género y la psicología social. También busca comprender el fenómeno no como una expresión de fracasos individuales, sino como una manifestación cultural y colectiva que exige nuevas perspectivas y prácticas emancipadoras.