MODELOS DE COORDINACIÓN INTERINSTITUCIONAL EN LA PROTECCIÓN DE MENORES VÍCTIMAS DE DELITOS

Resumen

El estudio examinó modelos de coordinación interinstitucional orientados a la protección de menores víctimas de delitos, explorando fundamentos conceptuales, experiencias nacionales e internacionales y los desafíos implicados en la implementación de estructuras integradas. La investigación se realizó mediante una revisión cualitativa de la literatura, lo que permitió analizar publicaciones científicas y documentos técnicos que abordan la interacción entre los sistemas de justicia, los servicios psicosociales, las agencias de protección infantil y las redes comunitarias. El objetivo principal fue comprender cómo diferentes países organizan los flujos de atención, los mecanismos de coordinación y las prácticas colaborativas, identificando elementos estructurales capaces de fortalecer la protección infantil. Los resultados indicaron que los centros integrados y los modelos multidisciplinarios surgen como alternativas eficaces para reducir la fragmentación de los servicios, prevenir la revictimización y aumentar la coherencia de las intervenciones. La presencia de protocolos formales, procedimientos estandarizados y gobernanza intersectorial resultó esencial para la consolidación de la coordinación, así como la formación conjunta de profesionales y el uso de tecnologías interoperables que garantizan el registro y el seguimiento continuo de los casos. Sin embargo, desafíos relacionados con divergencias metodológicas entre sectores, desigualdades territoriales en la disponibilidad de servicios, limitaciones estructurales e inestabilidad del personal siguen representando barreras significativas en diversos contextos. La participación de redes comunitarias surgió como un elemento relevante, ampliando la identificación temprana de riesgos y conectando las acciones institucionales con las dinámicas cotidianas de las familias. En general, el estudio demostró que la coordinación interinstitucional es esencial para un sistema de protección más eficiente, requiriendo inversión continua, estabilidad institucional y desarrollo profesional permanente. Los hallazgos indican que los modelos integrados contribuyen a servicios más coherentes y humanizados, centrados en la preservación de la dignidad y la seguridad de las víctimas.