LA COMIDA CALLEJERA EN EL CENTRO HISTÓRICO DE BELÉM/ PA

Resumen

El turismo gastronómico es una actividad económica, social y cultural que requiere planificación y políticas públicas. Además de los restaurantes y otros establecimientos relacionados con la gastronomía, las ciudades cuentan con una gran cantidad de vendedores ambulantes de comida, ya sea comida rápida o comida regional. Belém ostenta el título de Ciudad Creativa de la Gastronomía de la UNESCO desde 2015. Esta capital del Estado también participó en la organización de la 30.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP-30) en 2025, que atrajo a miles de turistas a la ciudad. Los preparativos para dicho evento incluyeron la remodelación y revitalización de varios espacios públicos, con evidentes repercusiones para los vendedores ambulantes de comida. En este sentido, proponemos como objetivo general de la presente investigación determinar la relevancia de la comida callejera para el patrimonio cultural inmaterial, así como en términos de planificación urbana, para el turismo cultural y gastronómico, en la ciudad de Belém/PA. En términos metodológicos, la investigación es de naturaleza cualitativa. En este sentido, procedimos al mapeo de los vendedores ambulantes relacionados con la oferta alimentaria, así como al desarrollo de una investigación etnográfica a través de la observación participante y directa en los espacios públicos en los que se encontraban estos actores sociales. Por último, procedimos a la aplicación de entrevistas semiestructuradas con algunos agentes del sector alimentario. En cuanto a las conclusiones, entendemos que el centro histórico de Belém presenta un patrimonio cultural, tanto material como inmaterial, en el que se inscribe la gastronomía tradicional o regional. La venta de comida callejera desempeña, por lo tanto, un papel importante en la difusión de este tipo de patrimonio. Por último, cabe destacar la creación de parques turísticos y de ocio, así como la remodelación y revitalización de espacios públicos para la COP-30, en 2025, que han proporcionado mejores condiciones para los vendedores de comida callejera, así como para los usuarios, residentes y turistas.