BACTERIAS ORALES VINCULADAS A LA ENFERMEDAD DE PARKINSON A TRAVÉS DEL EJE INTESTINO–CEREBRO: EVIDENCIA DE METABOLITOS DE STREPTOCOCCUS MUTANS QUE AFECTAN LA FUNCIÓN NEURAL
DOI:
https://doi.org/10.56238/arev7n11-199Palabras clave:
Enfermedad de Parkinson, Streptococcus Mutans, Eje Intestino–Cerebro, Microbiota Oral, Función Neuronal, Imidazol PropionatoResumen
Objetivo: Esta revisión narrativa tiene como objetivo analizar la evidencia actual que vincula bacterias orales, particularmente Streptococcus mutans, con la enfermedad de Parkinson (EP) a través del eje intestino–cerebro (GBA). El enfoque está en la colonización microbiana del intestino, la producción de metabolitos y los mecanismos mediante los cuales estos metabolitos influyen en la función neuronal.
Metodología: Se realizó una búsqueda exhaustiva en PubMed, Scopus, Web of Science y Google Scholar utilizando las palabras clave “Streptococcus mutans”, “Parkinson’s disease”, “gut–brain axis”, “oral microbiota” y “neuronal dysfunction”. Se incluyeron estudios in vivo e in vitro publicados en inglés entre 2015 y 2025.
Resultados: La evidencia indica que S. mutans puede migrar al intestino, produciendo urocanato reductasa (UrdA) y su metabolito imidazol propionato (ImP), los cuales ingresan a la circulación sistémica y alcanzan el cerebro. Modelos animales demostraron que estos metabolitos contribuyen a la pérdida de neuronas dopaminérgicas, neuroinflamación, disfunción motora y agregación de α-sinucleína. Los efectos fueron mediados por la activación de la vía de señalización mTORC1, y la inhibición farmacológica de mTORC1 mitigó los cambios neurodegenerativos.
Conclusión: Las bacterias orales, especialmente S. mutans, pueden desempeñar un papel crítico en la patogénesis de la EP a través del GBA. Manipular la composición microbiana intestinal y la producción de metabolitos representa una vía terapéutica prometedora. Los hallazgos resaltan la posible importancia de la salud bucal en la prevención o mitigación de trastornos neurodegenerativos.
Descargas
Referencias
Carabotti, M., Scirocco, A., Maselli, M. A., & Severi, C. (2015). The gut–brain axis: Interactions between enteric microbiota, central and enteric nervous systems. Annals of Gastroenterology, 28(2), 203–209. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4367209/
Dauer, W., & Przedborski, S. (2003). Parkinson's disease: Mechanisms and models. Neuron, 39(6), 889–909. https://doi.org/10.1016/s0896-6273(03)00568-3
Heintz-Buschart, A., Pandey, U., Wicke, T., Sixel-Döring, F., Janzen, A., Sittig-Wiegand, E., ... & Wilmes, P. (2018). The nasal and gut microbiome in Parkinson’s disease. Movement Disorders, 33(1), 88–98. https://doi.org/10.1002/mds.27105
Kalia, L. V., & Lang, A. E. (2015). Parkinson’s disease. The Lancet, 386(9996), 896–912. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(14)61393-3
Klein, C., & Westenberger, A. (2012). Genetics of Parkinson’s disease. Cold Spring Harbor Perspectives in Medicine, 2(1), a008888. https://doi.org/10.1101/cshperspect.a008888
Koh, A., Park, H., Lee, Y., Cheon, J., & Kim, H.-J. (2025). Oral bacteria linked to Parkinson’s disease via the gut–brain axis. Nature Communications, 14(1), 1234. https://doi.org/10.1038/s41467-025-63473-4
Scheperjans, F., Aho, V., Pereira, P. A. B., Koskinen, K., Paulin, L., Pekkonen, E., ... & Auvinen, P. (2015). Gut microbiota are related to Parkinson’s disease and clinical phenotype. Movement Disorders, 30(3), 350–358. https://doi.org/10.1002/mds.26069
