MICROBIOTA INTESTINAL Y REGULACIÓN DE LA PRESIÓN ARTERIAL: UNA REVISIÓN SISTEMÁTICA DE LA EVIDENCIA MECANÍSTICA Y CLÍNICA

Resumen

Introducción: La hipertensión sigue siendo uno de los principales factores de riesgo modificables de morbilidad y mortalidad cardiovascular a nivel mundial. Datos recientes indican que la microbiota intestinal influye en el tono vascular, el manejo renal del sodio y la inflamación sistémica a través de metabolitos y vías inmunitarias. Aclarar esta relación podría abrir nuevas vías para la prevención y el tratamiento de la hipertensión.

 Objetivo: El objetivo principal fue sintetizar la evidencia mecanicista y clínica que vincula la composición y la función de la microbiota intestinal con la regulación de la presión arterial. Los objetivos secundarios incluyeron la identificación de taxones microbianos y metabolitos clave, la evaluación de intervenciones probióticas y dietéticas sobre la presión arterial, la comparación de datos humanos y animales, y la evaluación de la certeza de la evidencia mediante enfoques estandarizados.

 Métodos: Se realizaron búsquedas en PubMed, Scopus, Web of Science, la Biblioteca Cochrane, LILACS, ClinicalTrials.gov e ICTRP de estudios publicados en los últimos cinco años, extendiendo la búsqueda a diez años si se encontraban menos de diez estudios elegibles en humanos. Los criterios de inclusión priorizaron los estudios en humanos que evaluaban la microbiota intestinal o las intervenciones modificadoras de la microbiota en relación con la presión arterial, mientras que los estudios mecanísticos en animales e in vitro se consideraron por su plausibilidad biológica. Los datos se extrajeron según los principios PRISMA y la certeza de la evidencia se evaluó con el marco GRADE.

 Resultados y Discusión: De los 1243 registros identificados, 21 estudios cumplieron los criterios de inclusión, de los cuales 12 fueron estudios en humanos y 9 investigaciones mecanísticas en animales o in vitro. Los datos transversales en humanos asociaron frecuentemente una menor diversidad microbiana y taxones alterados con una mayor presión arterial, mientras que los estudios mecanísticos implicaron ácidos grasos de cadena corta, modulación inmunitaria sensible a la sal y disfunción de la barrera. Los ensayos con probióticos y prebióticos demostraron reducciones modestas de la presión arterial, aunque la heterogeneidad en las cepas, la dosificación y la duración limitó las conclusiones clínicas firmes.

 Conclusión: La evidencia actual respalda un eje microbiota intestinal-presión arterial biológicamente plausible, con indicios preliminares de beneficio de las estrategias de modificación de la microbiota. Se necesita la estandarización de los métodos del microbioma, ensayos aleatorios con la potencia estadística adecuada que utilicen la presión arterial como criterio de valoración principal, y la integración de las evaluaciones metabolómicas y dietéticas para definir su utilidad clínica.