IMPORTANCIA DEL AYUNO PREANESTÉSICO PARA PREVENIR COMPLICACIONES PERIOPERATORIAS

Resumen

El ayuno preoperatorio es una práctica adoptada con la intención de reducir la amenaza de broncoaspiración durante el proceso anestésico, permitiendo una mayor garantía quirúrgica, protegiendo la vía aérea del paciente, especialmente cuando hay retraso en el vaciamiento gástrico. Este estudio tiene como objetivo revisar los enfoques recientes y futuros en el ayuno preoperatorio. Este estudio es una revisión narrativa de la literatura, con el objetivo de identificar nuevos enfoques y perspectivas futuras para el tratamiento de la migraña. Esta es una revisión integradora de la literatura. Esta investigación busca describir sus resultados a través de publicaciones científicas, explicando sus causas. Método que constituye un instrumento de Práctica Basada en Evidencia y que comprende el análisis de diversos estudios sobre el tema, estableciendo análisis comparativos entre ellos, con el objetivo de sintetizar el conocimiento e incorporar la aplicabilidad de los resultados de estudios significativos en la práctica diaria. Los datos fueron recolectados utilizando las siguientes bases de datos científicas: Literatura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias de la Salud, Scientific Electronic Library Online y Google Scholar. Se utilizaron los siguientes descriptores: “ayuno preoperatorio, broncoaspiración”, “ayuno preanestésico”, “ayuno bajo anestesia”, en inglés, portugués y español. Asociado al operador booleano AND: “ayuno preoperatorio” AND “broncoaspiración”. Esta investigación utilizó estudios sobre el tiempo ideal de ayuno preoperatorio que mejor se ajustaban al objetivo, publicados entre 2020 y 2025. Se excluyeron estudios de revisión no sistemática, tesis y disertaciones. La práctica del ayuno preanestésico es fundamental para prevenir complicaciones en el período perioperatorio, especialmente la broncoaspiración. Sin embargo, evidencia científica reciente indica que los protocolos de ayuno relajante, que permiten la ingesta de líquidos claros hasta dos horas antes de la anestesia, son seguros para la mayoría de los pacientes y aportan beneficios significativos en términos de comodidad y recuperación. La implementación de estas prácticas debe realizarse con cuidado, considerando las condiciones individuales de cada paciente y las guías actualizadas de las sociedades de anestesiología.